Entre las patologías más frecuentes del distrito maxilofacial, la traumatología es sin duda la más representada. En la ASL de Frosinone, la UOSD de Cirugía Maxilofacial, dirigida por el Dr. Andrea Marzetti, se ocupa de la delicada gestión de las fracturas del macizo facial que requieren un cuidado y una atención especial y detallada, ya que el rostro es un distrito de alto impacto estético y funcional.
¿Qué huesos pueden fracturarse?
Las fracturas pueden afectar a uno o más de los diversos segmentos óseos: pómulo, mandíbula, huesos nasales, órbita y hueso frontal. Los huesos menos resistentes a un insulto traumático son los huesos nasales, el suelo orbitario y también el arco cigomático. El cuadro más complejo y dramático está representado por el quiebre facial en el que están implicados casi todos los huesos faciales, a menudo a ambos lados.
¿Cuáles son las causas más comunes?
Las causas más comunes están relacionadas con accidentes de tráfico, traumas deportivos (por ejemplo, fútbol, rugby, tenis, equitación), caídas accidentales en el hogar o en la calle, pero también golpes y traumas balísticos. Las situaciones más graves se producen como consecuencia de accidentes de tráfico sin la protección del cinturón de seguridad.
¿Cuáles son los síntomas con los que se manifiestan?
La sintomatología varía en función de la zona afectada por el trauma.
Una fractura de la mandíbula o del maxilar provoca una alteración de la oclusión y, por lo general, la pérdida de elementos dentales.
Una fractura de la órbita con afectación del suelo y caída del contenido periorbitario en el seno maxilar (esta fractura se denomina «brote») provoca un desplazamiento del globo ocular hacia el lado de la fractura con posible visión doble, hinchazón en la región orbitaria e imposibilidad de abrir los párpados debido al hematoma.
La fractura del hueso cigomático a menudo se asocia con la fractura del suelo orbitario y causa una alteración estética con hundimiento del pomo cigomático.
La fractura del arco cigomático puede limitar los movimientos normales de apertura y cierre de la boca debido a la interferencia del proceso coronoide de la mandíbula con el arco cigomático.
Más graves pueden ser las consecuencias de una fractura que afecte al hueso frontal o al etmoide por la posible afectación directa del cerebro.
¿Cómo se diagnostica la fractura del macizo facial?
Después de un cuidadoso examen objetivo, el diagnóstico se realiza con una TC del macizo facial que hoy se puede reconstruir en 3 dimensiones. Muy útil y en algunos casos fundamental es la evaluación oftalmológica y ortopédica.
¿Cómo se realiza el tratamiento de las fracturas?
El tratamiento quirúrgico de las fracturas del macizo facial debe ser lo más precoz posible, salvo diversas complicaciones, y la finalidad es la restauración de la continuidad de los huesos de la cara para garantizar una rápida recuperación morfológica y funcional. La “reparación” del esqueleto facial se realiza en el quirófano bajo anestesia general y consiste en reposicionar los fragmentos óseos y fijarlos con diminutas placas y tornillos de titanio. De gran ayuda sobre todo en los fracasos y fracturas de la órbita donde se pierden las referencias anatómicas, es la neuronavegación la que permite identificar en todo momento las estructuras nobles a preservar.
¿Es una intervención muy dolorosa?
Contrariamente a las expectativas después de la cirugía, los pacientes experimentan menos dolor que en el período preoperatorio y, por lo general, la molestia se trata con hielo y analgésicos comunes.
¿Cuánto dura la hospitalización y cuáles son los tiempos de recuperación?
Tras la intervención, la hospitalización dura unos días salvo complicaciones de otro tipo. La fractura tenderá a “curarse” en un tiempo fijado en 40 días. Por lo general, las actividades deportivas no se pueden reanudar antes de los 40 días posteriores a la operación. Las placas y tornillos de titanio no crean problemas para realizar exámenes radiológicos como la TC y la RMN y, por lo general, no se eliminan.
La recuperación funcional después de una intervención de este tipo varía de un caso a otro, pero generalmente no supera los 30-40 días, aunque algunos problemas relacionados con la fractura, como la alteración de la sensibilidad de la piel, requieren meses antes de una recuperación satisfactoria.
A cargo de UOSD Cirugía Maxilofacial